Tras la invasión napoleónica de España se desató por todo América una  ola de independentismo. En el momento de la independencia, Nicaragua  formó parte de las Provincias Unidas de Centroamérica y luego se  emancipó totalmente en 1838. 
Todo el siglo XIX en Nicaragua fue  una sucesión de rivalidades y conflictos entre liberales y  conservadores. Los liberales tenían su asiento en la culta ciudad de  León (sede de la Universidad), mientras los conservadores hacían de  Granada su feudo económico y comercial. Para acabar de complicar las  cosas, la posibilidad de construir un canal interoceánico abrió los  apetitos de las potencias europeas. 






